Que compleja
resultan algunos momentos de la vida ¿ verdad?
Este fin de
semana ha sido muy duro. Se ha ido alguien que a pesar de no ser de mi
familia, quería como si lo fuera. Siento
tanta rabia, tanta pena…
Este tipo de
dolor creo que es imposible de describirlo, todos hemos perdido en alguna
ocasión a un ser querido, y aunque el tiempo cierre heridas siempre quedan
cicatrices.
La muerte es
algo que forma parte de nuestras vidas. Está ahí aunque no lo queramos ver o no
seamos conscientes. Nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Fin. Esas
son las funciones vitales de cualquier ser vivo.
Tengo
momentos en lo que me quedo callada, miro a la nada y me sumerjo en mis
sentimientos. Las examino esperando encontrar algún tipo de explicación o
lógica a lo que pasa a mi alrededor. Algunos son de rabia, mucha rabia, y solo
me pregunto una y otra vez <<por que>> por qué tan pronto, por que
ella, por que ahora, por que así, por que por que ….
Otras son de
pena. Me da lástima que alguien con tantísimas ganas de vivir ( y no os podéis
imaginar cuantas) se haya tenido que ir ya. Y aquí es cuando me viene la vena
justiciera, y paso a reprocharle al Karma, dios, alá, buda, a quien coño maneje
los hilos, la injusticia de llevársela tan pronto.
Quería mucho
a fina, era una persona alegre y súper divertida, de esa clase de persona que
nunca le faltaba una sonrisa en la cara (aunque ojo que también gozaba de buena
mala leche) pero eso nunca la hizo sombra. Para mí era alguien que transmitía
muchísima fuerza y coraje, veía mucho de mi madre en ella y supongo que por eso
la notaba muy cercana a mi. Ella siempre me acogió como si fuera de su familia,
una sobrina más. Y eso jamás lo olvidare.
Cuando le
conté, hace ya dos años, lo que me habían diagnosticado, me dijo con aquella
fuerza que la caracterizaba “ bueno rosi, pues tu ahora tus pastillitas y tus
cosas y a tirar pa´lante como una campeona, que la vida son dos días y cuando
menos te lo esperas…” joder Fina, que razón tenías y que putada que ya no
estés.
Que la vida son dos días. Que cada minutos cuenta y cada hora
es media vida. Por eso reír hasta que os duela la tripa y se os tense la
mandíbula, amar todo lo que podáis y más, saborear cada instante que la vida os
regale, en forma de sol o con la mayor de las tormentas, vivir por todas
aquellas personas que en su día no lo pudieron hacer, por que de alguna manera
se lo debéis.
La vida, todo lo que
lo forma y rodea en sí, es hermosa.
Yo Fina te prometo que me quejaré
menos y sonreiré más, una sonrisa por ti y otra por mí, porque sé de sobra que
estés donde estés, estás consiguiendo que a tu alrededor todo sonrían. Y aunque
la vida ya no será tan “brilli brilli”
nosotros intentaremos sacarle brillo por ti.
Hasta siempre Fina.
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