Aunque ella
no lo sepa, muchas veces espero cruzármela por algún pasillo porque sé que me
esperan dos grandes cosas de ella: una, es esa sonrisa que tanto cariño y
comprensión transmite, y otra, es ese ¿Cómo lo llevas rosita? Es más, muchas
veces necesito ese ¿Cómo lo llevas rosita?
Ella carga
con el dolo al igual que yo, y aunque su compañera no se llame Espondilitis
anquilosante, tiene un nombre igual de chungo, Fibromialgia.
Es curioso
por que cuando mi compañera y yo nos juntamos a contarnos nuestros dolores ( y
lo que no son dolores) tenemos una especia de conexión especial, siento que de
verdad estoy hablando con alguien que
lleva a sus espaldas la carga de vivir con dolor al igual que yo, con nuestros
días mejores y peores, pero con dolor. Estoy empezando a creer, y cada día que
me cruzo con ella y pasa esto me reafirmo más, que es una buena terapia
emocional.
Una vez a la semana nuestros pasillos se juntan y solo nos hace
falta una mirada para saber como podemos estar. Es increíble.
Ambas
compartimos truquillos para aliviar nuestros dolores y consejos a la hora de
prevenirlos, y si, hasta a mí me da un poco de rabia que mi tema principal de
conversación con ella y con 28 años sea,” la mantita eléctrica cuando tengo
dolor es de lo mejor que me va…” o “ si no fuera por la arcoxia no sé lo que
haría” enserio, a veces me patearía la boca, pero que queréis que os diga, me
sienta taaaaan bien hablar con ella.
¿Sabéis lo
mejor de todo? que sabe escuchar, por eso aparte de ser una gran profesional es
una grandísima psicóloga, y no lo digo de manera figurada si no de verdad, es
psicóloga. Y siempre he tenido una gran curiosidad por saber cómo gestionan los
psicólogos los temas emocionales. Obviamente son de carne y hueso y tienen
sentimientos, pero el tener el conocimiento de saber cómo solucionar o tratar
estos temas, ¿no te da mayor facilidad para solucionarlos antes o incluso
evitar caer en ciertas situaciones? Siempre me lo he preguntado, y ahora que
estoy cayendo, tengo una tía que es psicóloga, lo mismo hasta la llamo ahora y
se lo pregunto.
La cosa es,
que cada vez que termino de hablar con mi compañera me quedo un tiempo pensando
en la importancia de sentirnos comprendidos.
A mí me sienta muy bien poder expresarle a
alguien que conoce mi dolor, mis sentimientos y frustraciones. Ese
“gustirrinin” de soltar todo.
Por eso me gusta que me escribáis y me contéis
como os sentís vosotros, porque hay gente que no tiene la suerte, y lo digo
bien alto, de tener una compañera cerca como yo.
En eso se
tiene que convertir caminos anquilosados para vosotros, en esa compañera a
quien le podáis contar como os sentís hoy y de paso que parte del cuerpo os
duele, porque una vez soltado y escupido, parece que duele menos.
Así que de
verdad y con la mano en el corazón, si alguna vez necesitáis soltar toda esa
mierda que muchas veces estamos obligado tragar y no sabéis donde hacerlo,
soltarla aquí, escribir sin miedo, soltar todo lo que necesitéis, creo que a
veces soltar es necesario.
Mi compañera
siempre me lo dice ;)
Gracias por tu mención Rosita.Eres una persona extraordinaria que convierte en fuerza, superación y sentido del humor, su dolor.
ResponderEliminarCon tu permiso, transito en tu compañía por este camino de baldosas amarillas que has abierto para nosotros. En nuestro caminar, conviviremos con nuestros miedos, nos enfrentaremos al desconocimiento y nos desprenderemos de nuestras corazas. Descubriremos que con inteligencia, corazón y coraje, podremos salvar los obstáculos que dificulten nuestros pasos, con el fin poder encontrar el largo camino de vuelta a casa.